sábado, febrero 25, 2006

Cadáver

"El poder que has amado es cruel. No admite la menor crítica y destruye al que se rebela. Serás destruido, muchacho, por los dioses a los que has rezado con fervor (...).
¿Llora alguien por tu caída, por un final así para una esperanza tan grande, tan ardiente y tan amargamente defraudada? Casi siempre estuviste solo. (...) ¿Quié podría llorarte? ¿Quién podría aferrarse de tu juventud miserablemte desperdiciada, de tu miserable muerte? Así, te cerraremos los ojos, para que no estén más tiempo abiertos y miren fijamente al cielo con esa queja muda, con ese indecible reproche. ¿Eres más rencoroso, pobre niño, ahora en la muerte, de lo que fuiste en vida? Quizás puedas perdonar que seamos nosotros, tus enemigos, los únicos que nos inclinemos sobre tu cadáver."


Mefisto, Klaus Mann

domingo, febrero 19, 2006

Ejercicio de Poder


Sigo pensando en el tema del ejercicio del Poder... hoy voy a escribir algo de mi cosecha con ayuda de mi autor de cabecera para este menester.

"El 2 de marzo de 1757, Damiens fue condenado a pública retractación ante la puerta principal de la iglesia de París, adonde debía ser llevado y conducido en una carreta, desnudo, en camisa, con un velón encendido de dos libras de peso en la mano; después, en diha carreta, a la plaza de Grève, y sobre un cadalso allí levantado, le serán atenazadas tetillas, brazos, muslos y pantorrilas, y su mano derecha, asido en ésta el cuchillo con el que cometió el parricidio (por ser contra el rey, al ual se equiparaba al padre), quemada con fuego de azufre; y sobre las partes atenazadas se le verterá plomo derretido, aceite hirviendo, pez resina ardiendo, cera y azufre fundidos juntamente, y a continuación, su cuerpo estirado y desmembrado por cuatro caballos y su tronco y miembros consumidos por el fuego."

Así comienza Foucault su libro "Vigilar y Castigar". Durante los 80 o 100 años siguientes al episodio descrito se definen las penas como correctivas pero se van a empezar a modular los castigos de acuerdo no ya con los delitos sinó con los individuos culpables.

Es feo ser digno de castigo, pero no es menos feo castigar. No sólo por razones de humanidad y de "civismo" el castigo, a través de los años, va a ir pasando de ser un arte de los dolores físicos insoportables a una economía de los derechos arrebatados o suspendidos. El verdugo va a ser relevado por un ejército de "vigilantes" que se apoderan del espíritu del "condenado" al cual se sentencia a través de objetos jurídicos definidos por el Código, pero al mismo tiempo se juzgan sus pasiones, instintos, anomalías, inadaptaciones, efectos del medio ambiente o de la herencia. Se castigan las agresiones, pero también las agresividades.

A partir de aquí aparecen "las medidas de seguridad" que acompañan a la pena con el objetivo de controlar al individuo, a neutralizar su estado peligroso, a modificar sus predisposiciones delictivas. Por lo tanto, no se actúa sobre lo que el individuo ha hecho, sinó sobre lo que es, será o puede ser. Así pues, las sentencias prescriben técnicas para la normalización de los individuos.

De todo esto se desprende la conclusión de que el castigo desempeña una función social compleja, de táctica política, de utilización de la persona como elemento de sometimiento a las reglas del poder.

Vamos a seguir el discurso de Michel Foucault sobre distintos aspectos del poder y de su estancia entre nosotros, utilizaremos la afirmación de que el poder no se da, no se intercambia, se ejerce y punto, entonces ¿qué tiene que ver lo desarrollado en este texto con la mecánica para ejercitar el poder?

Seguiremos desarrollando el tema...

sábado, febrero 18, 2006

El "Emperador" y yo.


Según Foucault, el poder no es una cosa, no es una propiedad, no es algo que caracteriza a determinadas entidades, no es algo que se posea o se detecte, el poder es una relación, no es algo que esté en sitio alguno, ubicado con nitidez. El poder no es descendente, -imagen tradicional-, el poder es ascendente: no es que lo infiltre todo desde arriba y vaya irradiando y vaya metiéndose en todos los sitios controlándolo todo, es que el poder genera, brota, de todos los ámbitos de lo social. También es cierto que mediante un juego bastante complejo de constitución de “efectos de conjunto”, las distintas formas de poder que brotan en diversos ámbitos de lo social se potencian recíprocamente, para construir grandes tendencias que van a estabilizarse, que van a reforzar aquellas tendencias del mismo tipo que se generan en otros ámbitos de lo social. El poder es ascendente significa que la forma del Estado no es independiente de las relaciones de poder que se generan, que se fraguan, en el tejido social, el poder ahí arriba (El Estado) está constituido, también él, por lo que viene de abajo. En cierto sentido el Estado es el resultado de un “efecto conjunto”, pero cuidado, los centros de poder constituidos por los efectos de conjunto también van hacia abajo, se reproyectan hacia abajo, eliminan, seleccionan, potencian ciertas manifestaciones de poder. Hablar de poder ascendente no significa cerrar los ojos ante el poder del Estado.
Más que concebir el poder como algo que limita y constriñe, hay que verlo como algo que constituye y construye. El poder no es limitador, no es aquello que constriñe al deseo, que le pone sus límites, no es aquello que constriñe al sujeto, no es aquello que constriñe a la libertad; el poder es constitutivo del deseo, es constitutivo de la libertad, es constitutivo del sujeto, está ya en todo eso y, por lo tanto, no hay exterioridad posible frente al poder o a las relaciones de poder.
El poder – y esto es fundamental- no es una instancia negativa, el poder es básicamente productivo. El poder no es algo que dice no, que pone barreras, que limita. El poder es algo que produce cosas, es productivo y esta productividad del poder es lo que nos permite entender la indisociable relación que establece Foucault entre poder y saber, saber y poder. Estamos entre las muchas cosas que produce el poder: nos produce a nosotros mismos. El poder, ya lo he dicho, no funciona según el modelo de la Ley, funciona bajo la forma de la norma, el poder es normalizador.
Y si el poder es una relación, entonces, necesariamente, allí donde hay poder, hay resistencia. El poder no puede ir sólo, no puede ir sin la resistencia, porque el poder se constituye en la relación de fuerzas que se establecen entre entidades. Donde hay poder, hay necesariamente resistencia. Pero, no nos alegremos demasiado rápidamente, esta resistencia no es exterior, no está en una relación de exterioridad en relación al poder. Hay resistencia, pero está dentro de lo que es el entramado del poder, es uno de sus componentes y comparte con él mucho más de lo que podemos imaginarnos. Para Foucault, de lo que se trata es de multiplicar las líneas de resistencia a medida que se desarrollan líneas de intervención del poder y, por eso mismo, Foucault nos dirá que no hay ningún discurso, lamentablemente, que sea intrínsecamente liberador. Tal o cual discurso, tal o cual práctica puede constituir una resistencia al poder en un momento concreto, pero nunca porque sea intrínsecamente emancipador o liberador. Debemos desconfiar de cualquier discurso que pretenda ser intrínsecamente liberador porque ahí empieza, precisamente el peligro.
Foucault: lo que podemos observar tambiénes que no pueden haber relaciones de poder, salvo que los sujetos sean libres... Para ejercer una relación de poder tiene que estar presente cierta forma de libertad, esto significa que en las relaciones de poder hay, necesariamente, la posibilidad de una resistencia, porque si no hubiera posibilidad de resistencia, de resistencia de tipo violento, de resistencia de tipo huida, de resistencia de tipo astucia, de estrategias para cambiar esa situación, para modificarla, pues no habría relaciones de poder; siendo esta la forma general de lo que planteo, me niego a contestar a esa pregunta que a menudo me formulan: “si el poder está en todos los sitios, entonces ¿no hay libertad?” la liberación abre sobre nuevas relaciones de poder, nuevas relaciones de poder que deben ser, precisamente, controladas o que debemos intentar controlar a través del desarrollo de las prácticas de la libertad.

Prof. Tomás Ibáñez. Conferencias dictadas.

domingo, febrero 12, 2006

Li sona al PP?

"(...) Els programes dels Dos Minuts d'Odi eren distints cada dia, però no n'hi havia ni un que no tingués Goldstein com a protagonista. Era el capdavanter de la traïció, el primer renegat de les doctrines del Partit. Tots els crims subsegüents contra el Partit, totes les perfídies, actes de sabotatge, heretgies i desviacions arrencaven de les seves ensenyances. Encara vivia en algun lloc o altre i era l'incitador de totes les conspiracions: potser estava a l'altra banda del mar, sota la protecció d'acabalats estrangers, o, qui sap - la gent deia de vegades- en algun lloc desconegut de la mateixa Oceania.
(...) Goldstein anava abocant el seu acostumat verí contra les doctrines del Partit - un atac tan exagerat i pervers que fins un infant n'hauria endevinat les intencions i, no obstant això, tan suggestiu que no podíeu sinó inquietar-vos en pensar que podria entabanar la gent menys preparada intel·lectualment. Calumniava el Gran Germà, denunciava la dictadura del Partit, postulava la immediata conclusió de la pau amb Euràsia, advocava per la llibertat de paraula, la llibertat de premsa, la llibertat de reunió, la llibertat de pensament; s'esgargamellava histèricament proclamant que la revolució havia estat traïda, i tot plegat amb paraules tan ràpides i rebuscades que sembaven una paròdia de l'estil habitual en els oradors del Partit (...)
Encara no havien passat trenta segons del programa de l'Odi quan esclataven ja les exclamacions incontrolades de ràbia d'entre la gent congregada a la sala. En tenien prou d'aquella cara autosatisfeta, cara de cabra, i d'aquell poder terrible desplegat per l'exercit euroasiàtic. La seva sola imatge, el seu sol pensament eren prou ells sols per aterrir i encendre els ànims. (...)"


1984, George Orwell

sábado, febrero 11, 2006

Pacto con el Diablo

"En este país la sucia mentira usurpa el poder. Vocifera en las salas de juntas, desde los micrófonos, desde las columnas de los periódicos, desde las pantallas de cine. Abre la boca, y su aliento apesta a pus y podredumbre: este aliento expulsa a muchos hombres, pero para aquellos que se ven obligados a quedarse, el país se ha convertido en una cárcel, en una mazmorra pestilente."

Mefisto. Klaus Mann